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Por: Prof. Jorge Luis Macías Fonseca
Docente Universitario
Tal vez uno de los principales referentes del mundo en la defensa de los Derechos Humanos, lo constituye el sudafricano, Nelson Rolihlaha Mandela, nacido en Mvezo, abogado, filántropo y luchador incansable por la dignidad, el decoro y la autenticidad del hombre sudafricano.
Nacido en el campo en 1918, hijo de un jefe de una tribu, llevó el nombre de Rolihlaha cuyo significado es revoltoso, luego el de Nelson, nombre que le permitió ingresar a la Iglesia Metodista y posteriormente el de Madiba.
Tuvo contacto con Walter Max Sisulu, un militante sudafricano contra el Aphartheid, quien tuvo en él, una tremenda influencia ideológica y política.
El Apartheid ( en lengua afrikána, significa separación), fue un oprobioso sistema excluyente que se afincó sobre prácticas discriminatorias, impulsada por una minoría blanca en contra de la población negra sudafricana: hospitales, escuelas, fábricas, ambulancias y transporte público para negros, confinamiento en barrios y ciudades, principalmente en áreas rurales para evitar el surgimiento de una clase negra urbana, prohibición de matrimonio y relaciones sexuales interraciales, negación del sufragio, no acceso a cargos públicos, educación reducida a actividades manuales, identificación para entrar con permiso de las autoridades a ciertas ciudades y lo más indigno la negación de la ciudadanía sudafricana.
Es con el Congreso Nacional Africano (ANC), transformado luego en el Partido del Congreso Africano donde se estructura el pensamiento y la acción que hubo de enfrentar con firmeza el Apartheid.
Nelson Mandela, figura emblemática en contra de la separación racial, dirigente de la juventud del Congreso Africano, surgió como un probado líder, comprometido con la causa sudafricana. Identificado con el decoro del hombre y con la necesidad de una sociedad igualitaria en donde unos pocos no debían mantener una posición privilegiada en contraposición a las clases que consideran subalternas.
Tuvo, Nelson Mandela, la capacidad de internacionalizar la causa de los negros sudafricanos para convertirla en propia del mundo e igualmente compactar una conciencia en el hombre negro, lo cual inexorablemente llevó al rompimiento de una vergüenza, que portaba los gérmenes de su propia destrucción.
Por sus ideas, por el accionar en favor del negro sudafricano y por convertirse en un paladín de la libertad y el humanismo, estuvo prisionero en la cárceles de Isla Robben, y después en la de Pollsmoor por espacio de 27 años (1963-1990). Convertido en el mártir que resultó por la causa, aceptó estoicamente el presidio, muy a pesar de que en 1984, el gobierno le ofreció la libertad, cosa que rechazó por las condiciones onerosos en que se le propuso dársela.
En 1990 es liberado. Obtuvo ese mismo año el Premio Lenín de la Paz, en 1992 el Premio Príncipe de Asturias, en 1993 el Premio Nobel de la Paz y en 1999 la Medalla Presidencial de la Libertad.
Se convierte en 1994 en el primer Presidente negro y democrático de Sudáfrica en una extraordinaria elección, que lo llevó al poder. El 5 de diciembre de 2013 fallece a los 80 años, recibió un funeral como jefe de estado y fue sepultado en su ciudad natal, Mvezo.
Sostuvo Barack Obama que “A la gente de Sudáfrica, el mundo le agradece por compartir a Nelson Mandela con nosotros- Su Lucha fue nuestra lucha. Su triunfo es el nuestro”.
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